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martes, 11 de febrero de 2014

Apis mellifera


Abeja melífera
Apis mellifera
Familia: Apidae
Subfamilia: Apinae

Se trata de un insecto de color pardo oscuro, de un tamaño aproximado de 1,5 centímetros las obreras, y 2 centímetros la reina y los machos. En la cabeza se encuentran dos ojos laterales compuestos de numerosas facetas y tres puntos brillantes en lo alto, que son los ojos simples (ocelos). La boca es de tipo lamedor.
El tercer par de patas presenta en las obreras unas cestillas para transportar el polen. El abdomen está visiblemente segmentado, y las hembras poseen en el último anillo un aguijón venenoso, que se queda fijado en la herida que produce, de manera que el insecto mutilado acaba muriendo.
Viven en colonias muy numerosas que comprenden tres tipos de individuos. Los machos o zánganos de vida breve y en número limitado, que tienen función reproductora. Las obreras (entre 10000 y 60000 ejemplares), que cumplen con la construcción de la colmena, la alimentación de las larvas y el aprovisionamiento de víveres. La reina, que es la única hembra fértil, presenta un abdomen muy largo, y se dedica exclusivamente a la puesta de los huevos.
La colmena funciona así como un superorganismo. La sinergia hace que el todo sea más que la suma de las partes individuales, como demuestra matemáticamente la "regla de Farrar" (cuanto más aumenta la población de una colmena mayor es la producción individual de cada abeja).
La abeja reina comienza a desovar en primavera. Deposita los huevos en panales de cera que las obreras construyen con celdas hexagonales. El huevo después del tercer día se transforma en una pequeña larva que es alimentada por las abejas nodrizas. Después de aproximadamente una semana, la larva es sellada en su celda por las abejas nodrizas, produciéndose el estadio de ninfa o pupa. En aproximadamente otra semana, la ninfa emerge como una abeja adulta.
Las reinas no son criadas en las celdas horizontales del panal, sino que sus celdas son construidas para ser de mayor tamaño y en posición vertical. Además, no son alimentadas con polen como las larvas de las obreras, sino con jalea real. Las abejas reina viven un promedio de tres años. Las obreras viven menos de tres meses.
Los huevos que producirán zánganos no han sido previamente fecundados (partenogénesis), por lo que tienen la mitad de la dotación genética de la especie.
La abeja reina no abandona la colmena, salvo durante los vuelos de fecundación, o cuando se produce un enjambre para dar lugar a una nueva colonia. Los zánganos copulan con la reina en pleno vuelo y después mueren.
Cuando una obrera ha detectado una fuente de alimento, regresa a la colmena para efectuar una 'danza' con la que indica a las demás la dirección y la distancia del botín, según el lenguaje descifrado por Karl von Frisch, Konrad Lorenz y Nikolaas Tinbergen, y que les valió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1973.
Rev: agosto-12. 

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